15 de mayo de 2006

TENGO UNA CARTA PARA TI


Esta es la historia de un cartero que siempre tuvo una doble vida, por el día era cartero pero al llegar al atardecer...
Primero montó un quiosko a la sombra del antiguo náutico, pero entre que la gente que iba sólo le compraban una bolsa de pipas y lo coñeaban toda la tarde y la dura competencia con el holding Lema acabaron con su negocio de variedades.
Su ansía emprendedora no quedó saciada y por las noches iba a diversos programas de televisión (como pueden observar en las fotos), con el nombre cambiado, eso sí, para no mezclar su verdadero nombre y no entorpecer su fulgurante carrera política. Le gustó tanto esta experiencia televisiva que incluso pidió una excedencia para poder repartirle las cartas sólo a Isabel Gemio.
Estaba en estas lides cuando se aprovechó de la vorágine constructora de la Marbella gallega y vendió un "terrenito" que le reportó unos cuantos pisos para él y otro para el perro que tenía en la finca. Se compró un Mercedes, una camisa arrugada y ahora pasea por el pueblo todo ufano.
P.D. Esta entrada se iba titular "El vuelo de la gaviota (del PP, claro)" pero ya me cogió el título Quintía.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

buenisima post.y buenisima camisa traia el tito y yo de bueno le digo que camisa deputapadre y se ofende el mariconazo,me dice deputamadre es "esta" jeje esto de ser rico tiene estas cosas

Zebedeo dijo...

El dinero dará la felicidad pero no la inteligencia

Anónimo dijo...

inteligencia te falta a ti, mono , x que no te vas de despedida de nuevo. no te pienso llevar + cartas.

Zebedeo dijo...

Hasta los anónimos se sienten ofendidos por algo que no va con ellos ¿porqué será?